dilluns, 22 de novembre del 2010

Una montaña que se divide

Hay la Barcelona plana, urbanizada, y su compañera, la montana de Montjuïc, este gran parque urbano que recela un montón de infraestructuras singularizas. Estas infraestructuras de jardín botánico, Castell, instalaciones deportivas, museos, son muchas enriquecimientos a este lugar que ya tiene una vista y proximidad increíble con la ciudad que domine. Es fenomenal la diversidad y la riqueza de experiencias que se encuentran en el mismo lugar. Aunque el acceso es un poco como une peregrinaje, porque no podemos accederlo fácilmente. Hay una multitud de caminos, pero al final queda una distancia que permite el florecimiento de esta jungla programática en el seno de una ciudad tan densa et ordenada.

Por otro lado, podemos encontrar en Montréal una gran parte de estas particularidades propias a Montjuïc, pero en diferentes lugares. Montréal es una isla en un rio, así el Castell que tenemos se encuentra en otra isla que puede controlar el acceso al rio y que ahora tiene un parque, instalaciones deportivas y un parque de atracciones. Pero, tenemos también interacción con una montaña verde en la ciudad. El Mont-Royal, es un parque al centro de la ciudad donde se encuentran universidades, casas de la burguesía todavía existe porque, tal Montjuïc, tiene en su territorio un gran cementerio que ha permitido la protección de espacios verdes al centro de la ciudad. Además, nuestras infraestructuras olímpicas de 1976 que se sitúan fuera del centro son ahora una atracción turística, con al lado el jardín botánico... pero quedan un gigante elefante blanco con su plaza de hormigón que no sirve y que es extranjero al barrio residencial alrededor. Sin embargo, un beneficio de estos múltiplos lugares sobre Montjuïc seria que cada uno es fácilmente accesible en metro y que así los citadinos pueden integrarlos más en sus cotidiano.