dilluns, 6 de desembre del 2010

La mina_una intervención urbanística y social



























La mina




La intervención urbanística que se está realizando en el barrio de la mina se puede calificar de éxito. Y este éxito se debe no sólo a un buen estudio de las necesidades para el desarrollo del barrio, sino también gracias al estudio social y antropológico del mismo.
Para entender lo sucedido hay que recordar la situación de marginalidad en la que se encontraba el barrio, no sólo por haberse olvidado de él la administración (o más bien, haber ignorado los problemas que se iban acumulando), sino como foco de graves conflictos y lugar de hacinamiento de población rechazada por el resto de la ciudad.

Su buena ubicación y contexto han ayudado a que esta zona sea de nuevo valorada. Actuaciones como que los vecinos se hagan cargo de una parte del coste del ascensor es muy acertado, pues se hacen más responsables, y aprenden a valorar lo que se da. Además el intervenir en el espacio libre preferentemente, el crear nuevos centros, como la rambla y el intentar que se diversifique el barrio y esté bien conectado con la ciudad de Barcelona y Sant Adreu, son muy buenas estrategias, ya no sólo para mejorar un barrio muy degradado como estaba éste, sino también como líneas de actuaciones que deberían tenerse en cuenta en futuros planes de reconversión urbanística.











El serrallo

El Serrallo es un barrio de marineros de Tarragona, entre la vía del tren y el mar que se fue degradando y con el tiempo se convirtió en uno de los barrios más marginales de la ciudad. A finales de los 90, y sobretodo por su estratégica y privilegiada posición frente al mar, poco a poco fue sufriendo una reconversión, para dejar de ser el mítico barrio de pescadores y volverse uno de los barrio más turísticos de la ciudad, sobretodo la fachada marítima que se ha llenado de comercios y restaurantes. Actualmente se está acabando de peatonalizar, pues se desea que el barrio se acabe convirtiendo en un gran centro de ocio. Creo que se ha potenciado demasiado el carácter comercial que se quiere dar al lugar y se ha olvidado que es un barrio más de la ciudad, y que debe contar con los mismos servicios, viviendas y mezcla social que el resto de barrios de Tarragona.