dilluns, 29 de novembre del 2010



La renovación urbana que propone el 22ª es un proyecto ambicioso.


A nivel urbano, esta expansión de la ciudad hacia Levante parece totalmente imprescindible. Más allá de la continuación de la Diagonal, la existencia de suelo industrial dentro de la ciudad y otros parámetros como puede ser la baja densidad, en un ámbito inscrito en la trama ensanche Cerdà, hacen parecer necesario un proyecto de estas características.


Este proyecto parte de un extenso y minucioso análisis que permite proponer de una manera sensata un plan equilibrado entre suelo residencial y actividad económica. La normativa propuesta permite ir culminando a largo plazo el proyecto de una manera flexible, no homogénea en su materialización, capaz de acoger la diversidad en sus soluciones. El respeto a los edificios patrimoniales, o su misma inclusión en el patrimonio de la ciudad durante su proceso de desarrollo es un indicador de la sensibilidad de la propuesta. No es edificar masivamente aprovechando unas determinadas condiciones económico-sociales, es proponer un nuevo barrio bajo unos parámetros también renovados, en sintonía con un nuevo y cambiante panorama económico-productivo, y claro, un nuevo modo de vivir en la ciudad. Todo esto sin perder de vista dónde estamos y que ha habido aquí antes, como referencia al carácter del barrio que fue (y debe continuar siendo) Poblenou y al entorno industrial.



Brevemente, el nuevo barrio funcionará con base en la trama Cerdà, si bien deja transparentar la trama aún anterior en determinadas intervenciones, con ejes centrados en la actividad económica y otros en equipamientos de más pequeña escala, de servicio para sus habitantes, potenciando el transporte público y con una revolucionaria red de servicios que apoye las necesidades de los grandes edificios y también de las piezas residenciales primando la sostenibilidad ambiental.


A nivel económico, se pretende atraer sedes, corporaciones y compañías del sector servicios especialmente aquellas relacionadas con la tecnología, capaces de generar un cierto ritmo financiero y profesional. Justamente la mezcla de funciones evitará que el 22a “cierre” a las 5 o las 8 de la tarde, y que la vida del barrio ultrapase la vida en las empresas. En general, se pretende “hacer ciudad”, con una envolvente nueva, pero, como ocurre en el ensanche de Barcelona, con esta mezcla de funciones que es capaz de proporcionar una gran tensión urbana y un centro ciudad a la escala de las personas, y parece que puede conseguirlo, bien entendido que la escala de ciudad es mayor y que aun falta acabar de ocupar el barrio.


La materialización arquitectónica que acompaña el proyecto del 22a es diversa.


Principalmente se trata de grandes edificios que construyen la gran fachada en la Diagonal y ocupan las grandes manzanas de trama ensanche, con proyectos unitarios destinados a edificios corporativos o grandes equipamientos. El apoyo entre estos dos tipos resulta especialmente interesante, como ocurre en el proyecto del Campus Audiovisual para la Pompeu. En general, se tiene en cuenta el espacio público y destacaría aquellas intervenciones que se basan en la rehabilitación de antiguas arquitecturas industriales. En esta línea, la rehabilitación de Can Framis, en que la problemática de los desfases topográficos se resuelve en el perímetro de la parcela mediante unos taludes ajardinados dejando la edificación en el centro de la parcela, me pareció muy atractiva especialmente por ser un proyecto diferente que propone unos espacios sosegados que rodean la edificación.


Comparar el 22a con cualquier propuesta de mi pequeña ciudad es un poco desproporcionado, aunque también han tenido lugar grandes modificaciones urbanas en estos últimos años. Estas modificaciones, a diferencia del 22a, han sido de vocación eminentemente residencial, aunque es cierto que se han llevado a cabo con una idea de evitar la baja densidad y el espacio calle un tanto autista de las propuestas de ciudad jardín. Se han continuado las tramas existentes, se ha cuidado el espacio público mediante grandes parques que cosen los distintos tejidos y se han unido con el centro histórico. Las plantas bajas están parcialmente ocupadas con pequeño comercio que da vida y apoya las residencias. Existen otras expansiones de la ciudad que se han preparado para acoger servicios y empresas, como la transformación del antiguo polígono industrial que ocupa la salida de la ciudad en dirección Rubí, pero se haya escasamente en contacto con las zonas residenciales, es decir, no ha tenido lugar esta mezcla de funciones tan intensa que se propone con el 22a. Incomparable.