dijous, 4 de novembre del 2010



El problema de Plaza de les Glòries puede resumirse como la problemática de un nudo viario urbano.

Ahora mismo, nos enfrentamos a un espacio periférico que ha quedado sumido en el interior de la ciudad, una periferia que ahora mismo puede considerarse como prácticamente centro. Éste es un lugar peculiar, cruzado por infinidad de infraestructuras, dónde tiene lugar el encuentro de diversas tramas y dónde se hace patente de una forma abrupta y no fácilmente abordable un descuadre de cotas producido por el encuentro del Eixample Cerdà con la cota natural del Poblenou y las variaciones de éstas respecto a su rasante natural por las operaciones de entierro de infraestructuras en su mayor medida viarias.

El proyecto para Plaza de les Glòries es una asignatura pendiente que ha pasado por varias fases. En un momento se ha planteado un intercambiador intermodal, redundante con la cercana Estació del Nord, pero en definitiva, se trata de solucionar el proyecto que, a mediados de los 80 se planteó como un cruce de grandes vías en un punto de entrada y salida de la ciudad. Fue una solución radical que entra en crisis ante todo por el cambio en la propia ciudad, que ha hecho llegar la Avinguda Diagonal hasta el mar y ha generado otro gran barrio, nuevo Poblenou y 22a, y por los episodios urbanos negativos que produce el “scalextric” al entrar en contacto con los barrios colindantes.

La actual propuesta pasa por solucionar estos conflictos enterrando la distintas vías de cruce en la plaza y planteando un gran espacio público verde, que actúe como una alfombra que cosa las distintas tramas urbanas, y entronque con un “eje verde” previsto para el final de la meridiana, aprovechando que el tramo permite esta operación al albergar poca densidad de tráfico. Esta propuesta, conciliadora, tiene como principal contratiempo el planteo de una zona verde de gran tamaño en un lugar desprovisto de una densidad urbana importante, aunque bien es cierto que están previstos proyectos de vivienda y equipamiento en previsión de aumentar una tensión urbana que ahora es más bien pobre. También es cierto que, a estas alturas, eliminar este espacio verde supone encontrarle otro lugar en la propia ciudad, tarea a día de hoy impensable.

Se hace difícil pensar en un lugar comparable con este en mi pequeña ciudad de referencia, ya sea por escala, calado o potencia social de la intervención, pero hay que decir que en Sant Cugat, pueblo que cuenta con una gran expansión en un corto periodo de tiempo, la movilidad y la conexión son puntos calientes del planeamiento. Aparte de la conexión con Barcelona ciudad, existe el tema de la conexión intermunicipal de la corona metropolitana. A tal efecto, y acompañado de nuevos crecimientos, se ha reactivado una estación de RENFE cercanías ya existente y se ha construido una nueva estación de FFGG (Volpelleres). A esto se suma las rondas que vinculan la nueva infraestructura, las conexiones con las autopistas y los nuevos barrios y colaboran en descongestionar la zona centro.