Bon Pastor: una oportunidad perdida de aprender de los errores ajenos y avanzar un modelo urbanístico participativo


Londres tiene una larga historia de fallidos intentos de renovación de zonas de casas pobres. La preocupación con mejorar e higienizar barrios de casas de obreros nació en la segunda mitad del S19 cuando la solución predominante era de arrasar con lo existente – que eran sobre todo casas en hilera de condiciones realmente escuálidas construidas por los industriales para la clase obrera - y levantar en su lugar grandes polígonos de bloques plurifamiliares. En el siglo 20 esta estrategia básica se mantuvo con variaciones tipológicas, su aplicación intensificándose en los años pos-guerra de los 50 y 60. Muchos de los polígonos, aunque no sin excepciones, han sido y continúan siendo zonas muy conflictivas de la ciudad, asociados por sus propios habitantes y el público externo con imágenes muy negativos tal como se puede apreciar en este video de Youtube:
http://www.youtube.com/watch?v=LbB0cQLY5Ao&feature=related
A raíz de los muchos resultados negativos de los procesos de reforma urbana, se ha generado en Inglaterra a partir de los años 70 mucho debate entorno a ellos y los modelos urbanísticos apropiados. Este clima de críticas y acusaciones ha derivado en varias décadas de gran conservatismo urbanístico y arquitectónico en el país, de los cuales están apenas saliendo recientemente. Sin embargo hay elementos muy positivos que se han creado en base a ello y que yo echo en falta en los procesos urbanísticos de España, sobre todo los procesos obligatorios de consultación con todos los afectados de cualquier proyecto que son centrales al procedimiento de aprobación. También existe una conciencia de las grandes repercusiones sociales de cualquier reforma urbana– que pueden ser o positivas o negativas - y por eso es un tema que tratan con mucho cuidado y estudio de todos los parámetros socio-económicos. En años recientes se han favorecido alternativas a la ‘tabula rasa’, resultando en proyectos de mucho éxito que han impulsado la recuperación y rehabilitación de tejidos históricos.

A mí, entonces, me resulta realmente chocante al ver efectuarse en Bon Pastor un plano urbanístico que corta tan dramáticamente con la historia del barrio, borrando sin dudar todas las casas baratas, sabiendo que se ha aprobado después de un proceso de consultación vecinal muy limitada al no decir viciada. Como comenta el antropólogo Stefano Portelli en un artículo del Junio 2010(1), la mayoría de los vecinos sentían que no existía una opción de oponerse al plan, y de que fue impuesto ‘desde arriba’.
1. [Periféria, Número 12, junio 2010 Repensar Bonpastor: una intervención multidisciplinaria independiente en un barrio afectado por la transformación urbanística http://antropologia.uab.es/Periferia/Articles/5-Portelli.pdf]