
Porque Montréal fue por largo tiempo una ciudad controlada por instituciones religiosas y comerciantes, ella se ha creciendo de manera dirigida, y mismo el centro histórico tiene un trazado «ortogonal». La libertad y las pequeñísimas calles del Gótico no existen allí.
La diferencia la más notable seria la desaparición de los antiguos catastros. Así, el Viejo Puerto , el centro histórico de Montréal, fue también el centro económico de la ciudad hasta el principio del siglo XX, lo que ha creado especulación inmobiliaria y reagrupamiento catastral de viviendas para negocios. Es porque hoy queda casi ningún ejemplo de construcciones de las primeras épocas de la ciudad.
Cosa rara, los grandes trabajos públicos de las 70 han creído una nueva muralla separando el centro histórico del resto de la ciudad. Ahora el reto urbanístico es de reunificar estas partes y cruzar inteligente la autopista metropolitana.