Observando el casco histórico de Ciutat Vella y comparándolo a menor escala con el casco histórico de la ciudad de Fraga. Os introduzco: pequeño pueblo aragonés situado al sur de la provincia de Huesca. Constato que la característica común y más llamativa proviene de su tejido urbanístico a base de tramas superpuestas que toman como unidad de medida al ciudadano como tal o como vehículo de carga el carro tirado por mulas, caballos o burros. Esta unidad de medida original ha posibilitado la generación de estos tejidos compactos tan variados y sorprendentes. Sin una clara ordenación y que crecimiento según las necesidades de cada usuario. Tejidos muy diferenciados a crecimientos más actuales que toman como unidad de medida el vehículo rodado y los grandes flujos de circulación. Observamos en el mapa de Fraga, los dos tejidos claramente diferenciados entre el casco histórico a la derecha y el crecimiento actual a la izquierda del río.
Esta característica común entre la Ciutat Vella y el Casco Antiguo de Fraga genera unos recorridos muy ricos e interesantes que generan en el espectador muy variadas sensaciones. Sensación que experimento siempre que visito el centro de Barcelona. Rincones que esconden siempre sorpresas, pequeñas plazas, iglesias tras callejones estrechos, etc...
Esta riqueza se ha visto favorecida por intervenciones de rehabilitación y restauración que permiten la conservación y mejora de estos espacios, nuevos rincones que envellecen y enriquecen estos cascos históricos. Que anteriormente, como sucedia en Fraga, se estaban deteriorando hasta perder su encanto. A continuación adjunto ejemplos de estos rincones recientemente rehabilitados en el casco antiguo de Fraga.
